Traer un hijo al mundo es una experiencia extraordinaria llena de anticipación, emoción y, a veces, aprensión. Comprender las etapas del parto, las opciones disponibles para el manejo del dolor y qué esperar durante el nacimiento puede ayudar a los futuros padres a sentirse más empoderados y preparados para esta experiencia transformadora.
El parto se divide típicamente en tres etapas principales, cada una caracterizada por distintos cambios físicos y emocionales:
Durante esta etapa inicial, comienzan las contracciones, que gradualmente se vuelven más frecuentes, prolongadas e intensas. La dilatación y el borramiento cervical ocurren a medida que el cuerpo se prepara para el parto. El parto temprano puede durar varias horas o incluso días, y es un buen momento para que los futuros padres descansen, se mantengan hidratados y conserven energía para la fase activa del parto.
A medida que las contracciones se intensifican y se vuelven más regulares, comienza la fase activa del parto. La dilatación cervical progresa más rápidamente, generalmente a una velocidad de aproximadamente 1 centímetro por hora. Esta etapa se caracteriza por un mayor malestar y un enfoque en estrategias de afrontamiento como técnicas de respiración, movimiento y ejercicios de relajación. Muchas mujeres encuentran invaluable el apoyo de sus acompañantes de parto o doulas de parto durante esta fase.
La transición marca la fase final del trabajo de parto antes de pujar y dar a luz. Las contracciones alcanzan su intensidad máxima y el cuello uterino completa su dilatación, llegando típicamente a los 10 centímetros. Las emociones pueden estar a flor de piel durante la transición, con sentimientos de agotamiento, emoción y vulnerabilidad. Es esencial que las personas que dan a luz comuniquen sus necesidades y preferencias a su equipo de parto durante esta intensa etapa.
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